LA NACIÓN – Celina Chatruc
Una exposición que incluye un pelotero apto para todas las edades tendrá su versión porteña desde el 2 de noviembre en La Rural; se suma a la tendencia global del “kidulting”, en la que los adultos realizan actividades propias de los niños.
La cita es en la romántica capital francesa, pero no tiene lugar en un café ni se ve la Torre Eiffel de fondo: en la tercera temporada de Emily in Paris, la popular serie de Netflix, la protagonista interpretada por Lily Collins y su candidato, Gabriel (Lucas Bravo), pasean por Pop Air Balloon Museum, una muestra inmersiva que incluye un pelotero apto para todas las edades. Desde el 2 de noviembre otra similar se sumará en Buenos Aires a esta tendencia global, que ya conquistó con otras exitosas versiones como Bubble World a los fanáticos del “kidulting”.
Este neologismo describe el hábito de los adultos, en especial millennials, de realizar actividades tradicionalmente consideradas más apropiadas para los niños. Como coleccionar stickers, usar disfraces de animales para asistir al Lollapalooza o llevar juguetes a posar para la foto junto a las obras de un museo.
La nueva propuesta porteña, titulada Blow Up Experience, se alojará el Pabellón Frers de La Rural al igual que otras dos impulsadas por DG Producciones –la productora de Daniel Grinbank- desde 2022: Imagine Van Gogh y Banksy: ¿genio o vándalo? Al combinar el arte inflable con más de 3000 metros cuadrados de espejos, medio millón de pelotas, 35.000 leds, mapping y realidad virtual, apelará a la memoria emotiva de los visitantes a través de elementos claves de la infancia como los globos y las hamacas. Esto ofrecerá, según sus organizadores, la “oportunidad de generar fotos familiares, incomparables e instagrameables”.
Una idea aproximada de lo que se siente al sumergirse en ese tipo de ambientaciones lúdicas e interactivas tendrán quienes hayan visitado muestras de artistas pioneras como Yayoi Kusama (Obsesión infinita marcó récords de público en Malba, en 2013, y ahora protagoniza una verdadera “Kusamanía” global), o Marta Minujín, creadora junto a Rubén Santantonín de La Menesunda, recreada en el Moderno medio siglo después de su presentación en el Instituto Di Tella. También quienes hayan ingresado en La mitad del aire en un espacio dado: una sala con globos azules exhibida en 2017 en el CCK. La instalación de Martin Creed -ganador del premio Turner en 2001-, integró entonces la muestra Naturaleza: refugio y recurso del hombre.